Un sitio para los mediocres y las rosquillas

domingo, abril 22, 2007

Después de tanto tiempo!!!

Sinceramente hacía bastante que no publicaba nada. Por un lado el laburo me dejaba poco tiempo. Por otro lado, la verdad no había encontrado nada copado para publicar. Entre un poco de esto y un poco de lo otro nunca me hacía un verdadero espacio para poder postear nada copado.
¿Cuándo o cómo cambió esto?
El otro día salí con un par de amigos y en un bar me encontré con alguien que no veía hace bastante, un amigo de la facu que había escrito un libro y que lo iba a presentar en muy poquito tiempo. "28 días", el título, Diego Skliar, el autor.
Decidí entonces formar parte de su lanzamiento literiario y aproveché a comprarle uno.
Cuando llegué a casa lo estuve hojeando, pero el sueño me venció. Al día siguiente en cuanto me levanté lo primero que hice fue agarrarlo y tomarme un rato para leerlo.
Finalmente, de todos los textos breves que tiene llegué al último. Y creo que fue un buen cierre del libro. Puede ser un cuento, puede ser verdad, puede ser un divague, pero a mí me cautivó y por eso quería compartirlo.

En la ventanilla la mujer me preguntó dónde trabajaba, entonces respondí: ¿Vió esas mañanas de brújulas desorientadas, cuando la sombra de los balcones proyecta formas que conocemos de los sueños? Allí, en el momento preciso que sentimos nuestro pasado antílope. Al girar el mandala o cuando los pájaros hacen cantar al hijo que todavía no llegó. En el eclipse de cuerpos que son los abrazos sinceros o cuando el zapallo está en flor. En los atardeceres de playa, cuando se fueron todos y el mar aprovecha para nadar desnudo. Durante los desayunos de pan tostado o cuando la ardilla que me visita desde pequeño confunde mi cerebro con una nuez y se lo come de a poco. En las madrugadas despiertas cuando la hoja en blanco se mancha de esto que intento decirle. Cerca del sol, donde se puede ir descalzo y en puntas de pie a sanar sutilezas. ¿Vió cuando siente que existe desde siempre? Ahí es donde trabajo.
La mujer me miró frunciendo el ceño. Dijo que tenía una sola línea para completar. Luego preguntó si eso quedaba cerca de la Oficina Central. Hice silencia. La mujer anotó desempleado.

Diego Skliar
En "28 Días"

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