Dura Realidad

Yo soy partidario de que siempre hay momentos en la vida en los que uno debe tomarse el tiempo para reflexionar acerca de lo que está viviendo, de cómo naturaliza cosas dentro suyo e incluso las hace pasar casi desapercibidas.
Hoy viví una situación muy común por estos días, peroque me shockeó por lo que les voy a contar.
Estaba en Urquiza y caminé hacia la estación a tomar el tren para volver a mi casa. Serían las 21:50 más o menos cuando llegué al hall del lugar y percibí algo muy extraño y sin embargo común o regular a la vez. Un montón de personas, y cuando digo un montón serían 20 o 30, estaban esperando el tren allí, no como es regular verlas en el andén, sino que todas amuchadas con cara inexpresiva se amontonaban cerca de la escalera. Esto por un lado me resultó raro, pero pedí permiso, pasé y subí al andén. Cuando terminé de esquivar gente comprendí finalmente porque era el tumulto de gente.
Los cartoneros (chicos, grandes, hombres y mujeres) estaban esperando su tren que llegaría pronto, pero parece que esto espantaba a los regulares pasajeros que esperaban mucho más lejos que de costumbre la llegada del Mitre.
Desde mi perspectiva no lo podía creer, estando parado allí arriba vi la barrera creada por el prejuicio y el miedo que se vive hoy en día, la valla imaginaria que separaba a la gente humilde de los "más acomodados".
Por un momento me sentí sapo de otro poso porque era el único que había cruzado esta franja que delimitaba "las clases sociales". Incluso sentí algunas miradas raras por parte de la gente del hall, que me imagino se estaría preguntando: "¿Este pibe piensa esperar el tren ahí?".
Mientras ellos se preguntaban eso yo comencé mi reflexión que llevó a lo que estoy escribiendo en este momento. ¿Cómo puede ser que tengamos tan naturalizado que chicos de hasta 4 o 5 años salgan a la calle a recoger cartones para comer? ¿Cómo es que pensamos que es común que tengan un propio tren para ellos, así los separan de los que no los consideran sus iguales? ¿Cómo puede ser que algunos tengan miedo de subir al andén, indiferencia por sus semejantes, y trazen (sin pensarlo, pero bien demostrado explícitamente) una línea divisoria entre unos y otros?
Es realmente triste esta situación...
Yo solo espero que a la larga esto alguna vez cambie.